sábado, 16 de marzo de 2013

Nuevas formas de arreglar el mundo: Binta y la gran idea

Vivimos en un mundo en el que unos tienen mucho y otros no poseen apenas nada. Se necesitan soluciones para paliar estas desigualdades.

Sin embargo, lo más importante no son los bienes materiales. Personas en países mucho más pobres tienen mucho que enseñarnos y nosotros mucho que aprender de ellas.

¿No sería lo mejor un punto medio? ¿Que cada uno diese o enseñase a los otros lo que él tiene y ellos necesitan?

En clase hemos visto recientemente un cortometraje que a mi me ha dado mucho que pensar. Os lo dejo aquí:

Nosotros, como le decía el amigo al padre, tenemos la tecnología y la riqueza material. Sin embargo, dijo: utilizan armas para defender sus posesiones.
Al final, el padre llegó a la conclusión de que ellos no tenían tanto pero vivían más felices. Utilizan la imaginación y la creatividad para divertirse, se ayudaban los unos a los otros, viven en un mundo de paz, etc.

Por eso, esta fue la decisión que adoptó:
«Si seguimos el camino que el primer mundo nos marca corremos el riesgo de que los hijos de nuestro hijos se queden sin peces, sin árboles, sin aire…y en el afán de acumular bienes nos lleve a perder el sentimiento de solidaridad y que el miedo a perder las riquezas acumuladas nos lleve a destruirnos entre nosotros. Es por ello que quiero aportar mi pequeño grano de arena, solicito iniciar los trámites de adopción de un niño tubab. Ya destetado, a ser posible, para que pueda aquí desarrollarse como persona y adquirir los conocimientos necesarios para ser feliz en nuestra humilde comunidad».

Para concluir, la frase más gráfica sin duda (para mi) es la siguiente (la dice Binta al final):
«Mi padre dice que debemos aprender del comportamiento de los pájaros. Los pájaros son tan listos que toman lo mejor del norte y lo mejor del sur».

¿No deberíamos hacer nosotros como los pájaros?



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